Mi dama de compañía, mi querida Enriqueta fue al Coto y me trajo un kilo de merluza para que prepare filet, porque con nuestra dentadura nosotras no podemos comer cualquier cosa. Me acuerdo como si fuera hoy cuando era joven y tenía una dentadura hermosa, y pensar que era tan tímida... Qué chica tonta, nunca me sonreía y cuando se me escapaba una risotada, me tapaba la boca con la mano para que no se me vieran las encías. Ahora con la gingivitis de Enriqueta y mi nueva dentadura postiza, estamos las dos a dieta blanda. Encontré esta foto de cuando era jovencita, me acuerdo que tenía un blog y que todavía me divertía escribiendo. Es que de chiquita que me gustaba leer. Ahora con la artrosis me cuesta horrores usar el teclado, y pensar que tenía una facilidad bárbara.
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Vidrios rotos