viernes, 29 de abril de 2011

Mi memoria

Hoy fui a ver a mi neurocirujano. En el camino me maquinaba con el tiempo, y todavía me pregunto: ¿por qué a mí por una hora me pagan tan poco? Porque en comparación con él, gano casi nada. Sí, 100 pesos le pago por darme menos de 5 minutos. Con lo afeitado, perfumado y peinado que estaba, podría haberme dado al menos un servicio preferencial. Me reprochaba: te olvidaste de todo! El canchero tenía una historia clínica, pero no tenía ni idea de cómo me gusta ir a verlo, ni idea de cómo me gusta pagar para que me diga que no tengo cura y que tengo que volver. Es tan lindo, parece tan tonto que me da ternura. Una vez me dijo: te curé! y poco más que saltaba en el aire, pero no, no me curó. Él dice que mi tratamiento debía haber durado 3 meses y me reprocha que me olvidé de continuarlo, pero justamente, cómo es posible que me acuerde que me dijo Te curé! Quizás necesite que me cure reiteradas veces, o quizás el sabe que tengo otra cosa que se cura sólo con sus palabras. No importa, me encanta ir a medicina laboral, olvidarme los nombres de mis alumnos, llevarme a la cama todos mis problemas y transformarlos en simples desequilibrios químicos.

sábado, 23 de abril de 2011

Si fuera mosca

Si tuviese alas iría con las demás moscas, nada de mosca sola durante el otoño. Si fuera mosca juntaría calor, nada de dispersarme un sábado por la tarde. A nosotras las moscas no nos gusta lo que le gusta a uds, estúpidos humanos... que piensan que iríamos a ver qué mierda está haciendo el ex número diez, si liga con otra, o con otro, si le compra un merengue y todas esas mierdas dulces que a nosotras nos encantan... Porque a nosotras nos encanta la rosca de pascua y el higo en conserva, la cereza al marrasquino y el azúcar en terrones... mmm una mosca realizada es una mosca edulcorada, sobre todo si el dulce es de otro y después se lo come con mucha confianza, como la vez que volé hasta la confitería Las Violetas y me cagué en un lemon pie. Sí, confieso que he volado bajo. He depositado mi peor parte en todo lo que otros deseaban y les di motivos para querer volar lejos de mí. Pero no me mataron, porque volví en mí antes de que me tiren con algo. Volver en mí es como salvarme de un dolor inevitable, es como salvarme del ataque premeditado con alevosía. Me pierde el olor a rosca... me pierde y me condena, justo en estas Pascuas. Me acuerdo que antes de la fecha, yo estaba mejor sin saber lo que era su dulzura. Ahora experimento una amargura que me lleva a querer más y más, sin ninguna razón más que la gula y la promesa de morir en un vuelo al ras, mientras espolvorean una cucharita brillante sobre el café al cognac

martes, 19 de abril de 2011

El nuevo mal

Síndrome vertiginoso se llama. Y es justo ahí en el territorio que antecede a los ataques de pánico.
Todo pero todo mal con las pastillas que me dejan borracha y sin haber tomado nada. Imposible esta sensación, siento que me muevo, como un tornado que surca Oklahoma, Ohio y sus benditas granjas. Hay un cuento que me encanta, porque me imagino una mirada que viene de otro mundo... y me mareo todavía más, como si me entrara un virus cada dos segundos. Esto tenía que escribirlo, recuerden: síndrome vertiginoso!

There's something wrong with me, I'm a cuckoo

domingo, 10 de abril de 2011

Coming soon

Ataque de pánico
frente a los niños y su niñez
que se avecinan ante mi cartuchera
y toman el estandarte de una bic trazo grueso
lo clavan
sobre mi corazón
y se adueñan de mis ojos
entonces el niño más pálido
ataca con las armas del enemigo
y gana la batalla
mi corazón no late más
y se paraliza
rompe mis esquemas
y quiebra mi cuadro conceptual

Lo tenue de un flaco que conocí hace poco

Mi reflejo tiene bigotes, usa anteojos y esporadicamente nos miramos a los ojos para descubrir que somos flacos y tontos, llenos de tics, como si fuésemos un cuento lleno de indicios que anticipan un final feliz. Pero no queremos representarlo ni ahora ni nunca. Mi fantasma se desvanece y yo con él, vamos a escribir pronto. Lo prometo, así y todo nunca seremos uno bajo el vago rosa. Eso está reservado para mi yo blógico y para mi mejor réplica.

sábado, 2 de abril de 2011

Tapate los ojos (hoy acá, pascualinas y digresiones)

No mires, leé. Mantené la vista en tus hojas. Mientras más mirás, más te arruinás.

Ayer abriste los ojos en el vagón y viste que nadie se percató de tu enfermedad, ellos también estaban enfermos y estaban cansados de cuidar a otros enfermos. Por eso viajaron al centro y abandonaron el barrio insoportable. Una vez leí en una página web que Hollywood odiaba a los suburbios. Yo en cambio odio a mi pueblo y su tendencia barrial. No se puede negar la segregación social de los barrios, ni como nos someten a un mundo demasiado exigente. De repente no tengo por qué leer mis apuntes en un bondi donde nunca se hizo algo igual. Las exigencias del centro y las exigencias de la periferia: mentalidad de pascualina. Se abre o explota pero el repulgue me lo hago sola, por eso me cierro acá.

Como les contaba, los que viajan en tren y leen son todos unos locos. Entonces Hollywood hace una peli con Natalia Portman y la convierte en víctima de un lector de Sade. Natalia vive en un barrio insoportable y vuelve en tren bien tarde. Cuando se baja ya no quedan persianas abiertas. Natalia camina rápido hasta que se tropieza con un ejemplar de Justine. Pobre naty, cuando se distrajo para leer, siente que unas manotas le envuelven la carita de porcelana, siente como los dedos le entran con fuerza en alguna parte del cuerpo que no sabe distinguir porque del susto se cae y pierde el conocimiento. Pobre naty, aunque ella pierda el conocimiento el loco termina de clavarle los dedos en el medio del coxis. Se la lleva y de repente los dos desaparecen. Pero aunque no se los pueda ver (como las ratas en el sumidero) terminan juntos en un galpón, que en estos barrios hay muchos y a veces son muy acogedores, siempre de acuerdo con las necesidades de sus sucios habitantes. El galpón tiene una biblioteca hermosa, está todo acartonado y no sufre del clásico chiflete. Hay varios gatos colgados de un gancho de carnicero que servirán de cena para esta noche. La velada se desarrolla tranquilamente, mientras la madre sociopata del lector de Sade prepara la mesa, Natalia reposa inconsciente en la cama, hecha de troncos, rústica estilo country.
Cuando la chica se levanta no quiere comer gato, una porque no sabe bien donde está, otra porque sabe que no se puede mover de la silla de troncos. El lector de esta historia sabe muy bien que este estilo de muebles rústicos se impuso desde que Gustavo Bermúdez hizo una novela en San Martín de los Andes, una maravillosa localidad patagónica. A naty le conviene comer gato, porque si respeta los códigos del lector, va a tener un final mejor. Yo que ella tomaría recaudos y buscaría la manera de agradarle a la madre sociopata. Pensaría entonces en todas las chicas que la envidian, viéndola comer en la casa de su chico, sin haber tenido la clásica discusión sobre "te presento a la familia" tópico que a tantos les cae mal. Bueno, ella come el gato porque tiene que quedar bien con mamá lectora. El gusto del gato, no sabe a pollo, nada que ver... es como la perdiz, es un poco seco, pero mamá lectora preparó una linda salsa.
Entonces el lector termina de comer y anuncia que leerá algo, pero naty no pega un ojo, naty llora con la historia y en la historia. Pobre la chica del barrio, su angustia me agota, ya no puedo contar. Voy a pasar a escribirles...

Sí, pero primero coman gato!