Ataque de pánico
frente a los niños y su niñez
que se avecinan ante mi cartuchera
y toman el estandarte de una bic trazo grueso
lo clavan
sobre mi corazón
y se adueñan de mis ojos
entonces el niño más pálido
ataca con las armas del enemigo
y gana la batalla
mi corazón no late más
y se paraliza
rompe mis esquemas
y quiebra mi cuadro conceptual
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Vidrios rotos