martes, 15 de mayo de 2012

De la "atmósfera" a lo real fantástico

En una atmósfera sofocante como la del castillo, vive un monstruo, es el amo de un fantasma que lava la ropa y cuelga las sábanas, entre otros quehaceres domésticos. El monstruo escribe una novela sobre el sirviente fantasma. Lamentablemente todos malinterpretan una obra de carácter realista, comprometida. No entienden nada, piensan que la sábana tiene vida propia. Luego, donde ven la sabana ven el espectro, se asustan del "pobre". La intención del monstruo es deformada por la recepción de la obra, un lector desconsiderado contagia a otro.

En la Facultad de Filosofía y Letras, los alumnos se convierten en profesores y los profesores se jubilan, hasta que este orden lógico es alterado por un grupo de jóvenes que no se recibe jamás y que con su presencia fantasmagórica, sube y baja, compra apuntes sin pagarlos, abre y cierra las puertas y ventanas del noble edificio sin ser siquiera vistos.

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Vidrios rotos