viernes, 25 de mayo de 2012

Íntimo (no interactivo)

Es una cagada que cuando decaigo le miro el facebook, sí, se lo miro. Veo que con los años cambió el look (Se le habrá ocurrido a él? ¿O habrá un otro detrás de ese cambio?). Ahora por ejemplo, cambió el marco de los anteojos, pero sigue igual de largo. Un asco va...qué se podría esperar de un gusano? El tema es que si uno está curioso, aunque esté lejos, aunque guarde un poquito de rencor, uno todavía tiene el consuelo del facebook, que permite abrazar la propia miseria humana. Decir, y bue, reincidí, ya fue, lo puedo hacer siempre... El problema es cuando alguien se entera que uno no puede dejar de caer en la tentación.
Él no sabe mucho de mí, creo que todo lo que le dije alguna vez sirvió para alejarlo de una vez por todas. Igual eso es fácil, alejar a la gente es una papa. Pero cómo haría si el azar nos volviese a cruzar? Lo evadiría? No, lo saludaría. Pero ¿Qué palabras saldrían de mí? ¿Insultos? ¿Reproches? Taaan hueca soy, taaan... debería prepararme un discurso breve, mordaz. Pero ahora estoy en un parcial domiciliario. No puedo hacer esto, esto de escribir cuando no debo, de pensar en voz alta, de confesar una caída tras otra. Lo mío es lo improductivo, definitivamente esto no puede ir tan lejos. Como si fuese literatura de toilette  

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Vidrios rotos