sábado, 21 de mayo de 2011

I can't break horses

Hoy los perros me pidieron que los deje salir, al parecer estaban más necesitados que nunca. Les abrí y salieron a correr por el campito de enfrente de casa. A los 3 tres segundos un caballo salió corriendo como tiro por las vías. Eso pasó como un rayo. Después salieron todos los vecinos a la calle. El espectáculo era maravilloso porque el animal era uno de esos caballos voladores, un objeto suntuoso perteneciente a algún tío rico del polo. Qué me iba a imaginar que un bicho de esos iba a andar por el frente de casa.Todo lo disparó un abrir y cerrar de puertas y después todos esos ladridos. 
Sin embargo, ayer cuando bajé del bondi me encontré con un adiestrador que aleccionaba a un manto negro. El bicho era joven porque todavía no ladeaba la cadera. De manera que el tipo estaba orgulloso de tener un animal así, pero no entendí por qué justo estaba de muestra una noche de niebla y humo tan espeso. Era un señor con anteojos de marco cuadrado, parecía un espejismo de los ochenta, con el pelo peinado para un costado y una break bordó.
A lo que voy es esto: hay gente con animales muy dóciles y gente que no. Yo te dejo mirar el blog, husmear, hociquear, todo bien. Pero tampoco creas que me vas a tener comiendo de tu mano.

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Vidrios rotos