El reflejo de la luna es siempre el reflejo de la luna.
Pero el reflejo en el vestidor puede ser cualquier cosa: tener un hombro torcido, un lunar sobresaliente... cosa que marca más el hueso salido de lugar... y voces que dicen: flores nooo!!! rojo nooo!!! y letras menos.
Pero nadie te acompaña en el vestidor... sólo las voces del mercado de la estética, el espíritu de la modelo muerta por inanición y encapsulamiento de siliconas, la revista peluqueril, el suplemento de modas y la paleta que impuso la temporada.
Mientras que por fuera asoma la vendedora... que sabe que vos no sabes =0 y una polifonía insoportable que te reta a ser menos vos y más de los otros, que no son nadie, al menos hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Vidrios rotos