jueves, 10 de diciembre de 2009

Apariciones (siempre de noche)

RARO
No puedo escribir en lo que pensé en escribir (algo así como El diario de viaje del joven Joel Arcoiris)
ES algo que asusta, pensar en escribir y encontrar una advertencia extrablógica: porque su "yo soy de ahí" (y no quiero admitir que ahí era la ciudad que imaginé sobretodo mientras escuchaba la canción de The mamas & the papas) me frenó, como frenó mi ambición blogger y me hizo caer en un nuevo reflexiograma: "deberías tener en cuenta que mis palabras, el ahí y yo no pueden separarse" (pero igual yo sé... que es sólo un ideologema, como Lengua + Nación + Estado).
Una casualidad no es tan casual así. El destino, digamos, puso a alguien en mi camino para que no escriba sobre los puentes colgantes y los barrios que no conozco. El destino antiblogger o siempre metafísico y enroscado. Esto lo confieso ahora como una limitación de este momento del blog, que se cierra sobre si mismo, que se pudre, que se retrae lentamente como el pastito (que fue verde y ahora es amarillo) con el calor repentino.
Podríamos decir que el puente rosa coral desaparecerá de mis planes y planos por miedo a que la persona real lo censure (como un vengador californiano, no sé, mmm a Gigantic Conan)... o se resienta y a la vez sienta este miedo que los dedos muestran ahora, mientras tipeo lemto.
Otra cosa que asusta: haber escrito y encontrarse con los representantes de los seres en los que en algún momento pensé, de súbito, de noche... Sí! los encontrás siempre de noche, cuando estoy lejos de casa y sin ganas de escribir mientras camino, pero al paso y rápido yo igual entiendo que las replicas dialógicas me reclaman (también evocan) el valor de la amistad, el valor del recuerdo agónico de un idilio, como lo reclama el banco en la estación Saenz Peña o la ventana nºx en el semáforo de Corrientes, que me hace volcar en llantito, pequeño y nasal, disimulado por la congestión de la pudredumbre porteña, que con su amena presencia no hizo tan evidente algún resto angustial, que me venía guardando en las cavidades que hacen de mi adentro una estructura de hielo derretido.
Creo que no es tan general este post, creo que va a pasar desapercibido de todas maneras (el "creo... creo..." como el "argentinas y argentinos" debería ser activado como ejemplo oficialista en los manuales de estilo que van más allá del año 2007). Y sí, es super reservado el tema, pero no hay drama, porque hace mucho que perdí mi intimidad, un día que la solté y no volvió más... de perrita... que escapó del hogar no mássss.

3 comentarios:

  1. cuando escribis estas cosas debes estar en estado de transe. o de calambre. o de pedicura-


    buenísmo. me gustó mucho.

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  2. No sé, al otro día soñé con Bein... a mi me gusta Bein pero no tanto como para dejar que me perdone en sueños... (soñé con su perdón)
    Te conté que cuando le entregué la libreta me dijo "esta vez te tengo que retar" y yo le dije "ya sé" y me fui del aula sin mirar la libreta, como en un culebrón, medio llorona...


    Este calambre es para rato...

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  3. No! no me contaste. ¿qué pasó? Este no es el lugar... no
    o sí.
    Quiero saber.

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Vidrios rotos