miércoles, 1 de enero de 2014

No hago otra cosa que meter la pata

La gente desconfía de mi sonrisa

Tengo pruebas, paso a contar:

El último día del mes de diciembre del 2013, me traen un tributo, cual diosa pagana.
Su nombre es Pepe, a secas. Pepe porta cuerpo, y huele bien. Además sabe balbucear algunas palabras, a pesar de contar con 20 y tantos añitos.

Al pobre me lo presentan como tributo, lo sacrifican a viva voz: "Mirá lo que te traje, querida" Y ahí dudo de que nos quieran tanto...

Bueno, en resumidas cuentas me causó gracia y por nervios despedí de aquellas sonrisas que guardo con candado. No aproveché la chance de conocer a este joven encantador de padres y tíos. Sospecho que me seguirán enviando tributo, y sabré responder a alguna pregunta de Pepe, si es que articula palabras y bueno, la hace.
No cabe duda de que mejor me guardo la sonrisa matadora, y me siento lejos de Pepe. Paso entonces una velada encantadora, hasta que decido abandonar a mis agentes tributarios, que se despiden al grito: "Esperá que te acompaña Pepe"

Bueno, eso fue todo por hoy, un 2013 para recordar, que no me deja más que deseos de reencuentro y lapidación, entre otros métodos de castigo hacia mis agentes tributarios. Muy felices e inéditas fiestas de 1° de enero para la humanidad en su menor y mayor rasgo!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vidrios rotos