Qué jardín! qué palmera! y una estatua de Mariano Moreno en Moreno. Así vale la pena plantarse... Lástima que no todos estamos invitados a entrar a su atelier, porque a mi me costó mucho entrar al mundo del arte, sí que me costó, sí
Sólo sé que volveré a esa biblioteca, volveré a husmear con mi hocico sobre las ediciones húmedas
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Vidrios rotos