sábado, 30 de enero de 2010

El juego de los espejos: las maldades endiabladas

Los niños se aburren de recorrer grandes distancias. Algunos hasta se llegan a sentir muy mal. Entiendo tu ansiedad pero "todavía falta..."



...no sería el caso del niño de metal, que mientras pasea por NINGUNLADO inventa el juego. Ni bien encuentra un charco, se zambulle en el barro. Después sale a correr bajo el sol, hasta que a la hora se seca. Se lo ve achocolatado.
De noche camina solo y confiado, y en la oscuridad vulnera a los mosquitos más picudos.
El barro seco lo confunde y protege del impacto lunar, pero de vez en cuando la oscuridad es embolante y en sus deditos dibuja dos ojos bien saltones. El reflejo engañoso llama la atención de las lechuzas, que lo confunden con los ratones del desierto.
Al día siguiente el niño arma una guirnalda de animalitos. Por eso sus juguetes aparecen al costado del camino, colgados en los postes de luz o tirados en los recovecos desolados de ALGUNAPARTE.
Por lo general un tonto aburrido pasa cerca y se persigna. Pobre niñito de metal, completamente anulado por el folklore. ¿No te apena?


Soundtrack para maridaje:

No obstante se aceptan sugerencias...

2 comentarios:

  1. bua es complicado, vos ya sabrás, cuando dejás cosas tiradas por ahí y después pasa la tipa que barre... no te apena??
    La recepción es... rara

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Vidrios rotos