martes, 14 de septiembre de 2010

Un pasillo y mil senderos

Recorriendo los pasillos roñosos de la FFyL vemos un museo de afiches que te lleva a los distintos momentos del arte según los ojos de la JP. La política edilicia de la roña y el desamparo en rejunte con el arte. El empalagoso instante de Las neovanguardias toca con la necesidad nacionalista de los superpoderosos pop, montados en fotoserigrafías multicolor que cortan con el oscuro rojo del revolucion-ismo. Pero la imagen que más me moviliza tiene un representante muy particular en la serie que Daniel Santoro le plasma a la JP con referencias a la serie de Juanito Laguna, el hermoso trabajo de Berni.
Dejo un link con la interpretación que da Santoro a la Gran serie de Juanito Laguna:
http://www.danielsantoro.com.ar/mundoperonista.php?menu=mundo&mp=3 (A Santoro lo conocí porque antes comprábamos Clarín y le hicieron una nota muy pictórica en la revista VIVA)
Hay cosas que no se pueden borrar (en realidad nada se puede borrar), también hay otras cosas que son irónicas y remiten al tono del discurso tronico. Todas las mañanas mientras el culturoso portavoz uruguayo recala en franca propaganda, nunca suena la Reina Batata, de María Elena Walsh. Sería una imagen para la contradicción como rock y no por pop... A-r-t. Me acuerdo que Fer Peña cantaba La Reina Batata, y eso sonaba muy pero muy freaky (de Jabberwocky: http://es.wikipedia.org/wiki/Jabberwocky ) y ya nada lo hace, lo suena... resuena y resopla en las narices de nadie. Algo tiene que sonar así: chan y raje, para ser eso que Santoro reclama como un patrimonio rescatado del huracán que envuelve las alitas de un ángel.

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Vidrios rotos