Sí, porque me mareo sin un claro por qué...
Qué me levanten del piso!!!
Y que me ayuden a sobreponerme de tanto trabajo insalubre, de tanto viaje para nada, y todo un trayecto espacial para doblar la esquina, un año luz para servir a mi sistema en jefe.
Trabajos que castigan mi columna y fatigan uno por uno mis centros de placer.
Ya no se puede respirar el otoño por las narices, hay que vivirlo desde el abdomen y llevarlo a mejor destino, que está en la mente.
Ahí me imaginan una luz y un color recién bajado del cielo, fresco en su brillar, con olor a rocío de sol. Mi hija hippie: Rocío de sol, y comí miel y se murió dentro mío, sin antes nacer.
El Rocío de sol era eso que duró nada por probar la miel de su padre, maldito abejorro.
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Vidrios rotos